La mítica ciudad de Samarcanda, lugar de encuentro de mercaderes y comerciantes en su camino a través de la Ruta de la Seda, punto de destino de rudos e infatigables viajeros, cuna de grandes conquistadores y lugar de fascinación por excelencia de Occidente durante gran parte de la historia, constituyó como ninguna otra, una de las ciudades más bellas, deseadas y admiradas de Asia Central y del mundo conocido.

Samarcanda configura en el imaginario popular occidental una ciudad mítica rodeada de una aureola enigmática, gobernada por bárbaros emperadores, con magníficos tesoros, fabulosas mezquitas, madrasas y minaretes…, punto de llegada de caravanas de camellos atravesando el desierto… la mágica ciudad de las «Mil y una noches»… Y como me preguntó un amigo una vez ¿Realmente existe Samarcanda? Y ciertamente ese lugar existe. Y hoy en día todavía conserva gran parte de su explendor, de su histórico atractivo y de su magnífico pasado. Pasear por la impresionante plaza del Registán («lugar de arena» en persa), punto neurálgico en la ciudad, supone un viaje al pasado, imaginando el bullicio de mercaderes reunidos en su camino atravesando Asia, un lugar imposible de olvidar… pocos sitios brillán con tanta luz… sin duda alguna el Registán de Samarcanda es la Plaza de las Plazas.

La plaza de Registán de Samarcanda

Actualmente, Samarcanda, la segunda ciudad más grande de Uzbekistán, es un destino turístico de primer orden después de decenas de años de decadencia y olvido bajo el régimen soviético y contituye el destino más perseguido de Asia Central, una ciudad que sin duda alguna merece por sí sóla un viaje, pero que además se complementa magníficamente con las otras ciudades más destacadas de Uzbekistán y de la Ruta de la Seda, como son Bukhara, Khiva y la menos conocida capital Tashkent.

Madrasa Sherdar o de León, en la plaza de Registán
La plaza de Registán al anochecer

Samarcanda alcanzo su punto álgido en la historia durante el reinado de del gran Tamerland, el conquistador uzbeko por excelencia, cuando la Ruta de la Seda constituía el eje principal de encuentro entre Oriente u Occidente y una de las zonas culturalmente más vivas del planeta. Prueba de ello es el increible viaje de Ruy González de Clavijo en 1404, enviado por el Rey de Castilla para conocer de primera mano al invencible conquistador y sus magníficos tesoros en la mítica Samarcanda, uno de los viajes más fascinantes de la historia, que quedó plasmado en el libro «Embajada a Tamerlan«, que vino a complementar en la historia literaria de los grandes viajes al predecesor «El Libro de las Maravillas«, que narró un siglo antes los Viajes de Marco Polo recorriendo la Ruta de la Seda y las zonas más desconocidas de Asia… pero eso es una historia para otra ocasión.

Estas fotos son de un viaje por Uzbekistán realizado en verano de 2024, un magnífico viaje recorriendo el país hasta lugares completamente perdidos y olvidados, espero que os gusten!

La plaza de Registán, con las Madrasas de Ulugh Beg y Tilla-Kari
Necrópolis de Shah-i-Zinda
Madrasa Sherdar o del León
En la Madrasa Tilla-Kari
Registán de noche
Bazar de Siyob
Entrada al Mausoleo Gur-e Amir
Ambiente festivo en la plaza de Registán
Mezquita de la Madrasa Tilla-Kari
Mausoleo Gur-e Amir, con la tumba de Tamerlán
Necrópolis de Shah-i-Zinda
Bazar de Siyob
En la Madrasa Sherdar
La plaza de Registán de Samarcanda
Interior de la Mezquita Tilla-Kari
Plaza de Registán
Cúpula de la Mezquita Bibi Khanum
Plaza de Registán al anochecer
En la Madrasa Tilla-Kari
La plaza de Registán
Vendedora de lepyoshka, el típico pan uzbeko
Mezquita Bibi Khanum
La plaza de Registán
En la Necrópolis de Shah-i-Zinda
En el Bazar de Siyob
Madrasa Tilla-Kari
Bazar de Siyob
Bazar de Siyob
Necrópolis de Shah-i-Zinda
Mezquita Bibi Khanum
En la Madrasa Tilla-Kari
La plaza de Registán
Necrópolis de Shah-i-Zinda

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