Durante nuestra estancia en Japón sólo pudimos dedicar una día a visitar Osaka, así que decidimos centrarnos en conocer su animada vida nocturna y aprovechamos las pocas horas que teníamos para hacer noche en uno de sus famosos hoteles cápsula, una de las cosas que no podíamos dejar de probar durante nuestra visita al país. En Osaka se abrió el primer hotel cápsula del mundo en 1979, así que era el lugar perfecto para hacer una noche en un alojamiento tan particular y que no es muy frecuente en ningún otro país. Estas fotos son de una noche de fin de semana de julio de 2019, durante nuestra estancia antes de partir para Kyoto, en las que pudimos visitar el animado y colorido barrio de Dotombori, con sus famosísimos carteles de luces de Neón. En este barrio se instaló el primer gran cartél iluminado de neón de Japón, el famoso corredor «Glico Men», que podemos ver en un estado similar al original de 1935 . Y, cómo no!!, probar los famosos Takoyakis, la comida callejera a base de pulpo típica de Osaka. Si ya en Japón la comida callejera es de las mejores del mundo, qué vamos a decir de Osaka y poder disfrutar de unas bolitas de Takoyakis o algunas de las especialidades de cangrejo a la luz de los neones de la noche de Osaka.




















Dormir en un hotel cápsula
Pasar una noche en un hotel cápsula es una experiencia que no debemos dejar de disfrutar en un viaje a Japón… y qué mejor sitio que Osaka, la ciudad inventora de este tipo de hoteles. Nosotros elegimos un hotel junto a la estación de Osaka-Shin, puesto que teníamos que desplazarnos al día siguiente a Kyoto en tren. Y escogimos la moderna cadena de hoteles cápsula 9Hours, que cuenta con hoteles cápsula en distintas ciudades de Japón, incluido uno en el aeropuerto de Narita, en Tokyo. Algunos hoteles cápsula son sólo para mujeres y otros para hombres. En los que son mixtos las cápsulas para mujeres y hombres suelen estar separadas en plantas distintas, como fue en nuestro caso. Junto con la cápsula, un sencillo habitáculo con sábanas, almohada y una manta, te dan acceso a una amplia taquilla, que cuenta con toallas, un kit de baño, unas zapatillas y un pijama (muy práctico si no llevas equipaje). Las instalaciones comunes, con baños y duchas en cabinas individualizadas suelen estar limpísimas (como es habitual en Japón), por lo que es habitual ver a ejecutivo/as pasar la noche en uno de estos hoteles para acudir por la mañana completamente arreglados a una reunión o coger el tren a otro punto del país. Todo muy práctico, sencillo y limpio… y a un precio muy barato. Una experiencia inolvidable y que repetiremos seguro!!








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